En 1945, el nombre de Carmen Laforet comenzaba a sonar en un apagado panorama literario de posguerra. La razón: acababa de recibir el primer Premio Nadal por su también primera novela Nada. La protagonista de la historia es Andrea, pero podría ser la propia Laforet, que llega a Barcelona para estudiar Letras en la Universidad. Durante este año, se instala en la casa de su familia en la calle Aribau, donde la realidad de la posguerra la golpea nada más abrir la puerta. De lo que era una respetable familia burguesa solo quedan las apariencias; y el hambre, las peleas, el desencanto y las pasiones ocupan ahora el centro del salón. Así comienza a cobrar sentido la “nada” del título.
Pero no todo son desilusiones para la joven Andrea, que a través de la Universidad accede a un grupo de amigos con los que descubrirá una ciudad nueva para ella, y de alguna manera oculta. Esa Barcelona ha cambiado mucho desde que fue escrita la novela, física y emocionalmente, pero la lectura de Nada incita a mirarla y pasearla con otros ojos, y eso representan estas fotografías. Los lugares que Carmen Laforet recuerda en el libro, revisitados para conmemorar el centenario de su nacimiento.
Pero no todo son desilusiones para la joven Andrea, que a través de la Universidad accede a un grupo de amigos con los que descubrirá una ciudad nueva para ella, y de alguna manera oculta. Esa Barcelona ha cambiado mucho desde que fue escrita la novela, física y emocionalmente, pero la lectura de Nada incita a mirarla y pasearla con otros ojos, y eso representan estas fotografías. Los lugares que Carmen Laforet recuerda en el libro, revisitados para conmemorar el centenario de su nacimiento.